jueves, 12 de enero de 2012

Decisiones drásticas

Mi nokia azul registraba veintitrés llamadas perdidas. La verdad es que todas las veces escuché sonar mi celular pero no me sentía preparada para decir aló. A la veinticuatro timbrada le contesté a Travis y quedamos en vernos por la noche en "El Mojito"  , el bar de los borrachos de mi primer relato , allí por fin le hablaría de mi confusión , de Reinaldo y de su perro Pato. Eran las dos de la tarde y aún me quedaban ocho horas para ensayar mi discuso frente al espejo.

Para ganar tiempo le dije a Reinaldo que no me buscara en toda la tarde por que iría en busca de respuestas. Él lo entendió todo y me dió un abrazo de despedida. Intenté en vano poner en una balanza imaginaria a ambos pero la pantallita electrónica marcaba 00. Intenté también caricaturizarlos y el que se veía más gracioso se quedaría conmigo pero estas cosas no se resuelven con una sonrisa en la cara sino más bien con un soplo de nostalgia en el corazón.


Al fin de la tarde ya tenía una respuesta y estaba segura de mi decisión , tenía en la cabeza las formas lentas de Reinaldo  y el entusiasmo de Travis , mi respuesta estaba más clara que la letra de Baby de Tongo.Eran las 9:30pm y vestía un vestido rojo  , un collar de perlas y mis tacones negros para mi cita.

En el umbral del bar , como de costumbre estaba Esteven con E , el mozo que nos guiaba hasta las mesas reservadas , me llevó hasta la mía y en el camino me contó un chiste de pollitos que no entendí por el nerviosismo del momento. Señorita Alejandra , esta es su mesa , dijo Esteven con E.

Travis mataba la espera con Humberto Eco y una copa de vino. Le dije hola y me senté sin dejar que él acomodara mi silla. Platicamos de varias cosas hasta que Reinaldo abordó mi mente como combi asesina , allí frente al intelectual con olor a tabaco hablé  claro y le solté toda la sopa.Tenía una cuasi relación con Rei hace semanas  , había adoptado como hijo a Pato y a su par de pulgas y no sabía qué sentía ahora que dos personas rondaban cada 2 minutos en mi cabeza , así que decidía estar sola por un tiempo.

Travis me escuchó atentamente  y se quedó perplejo ante mi confesión , tomó el último sorbo del vino blanco y se fue del local. Antes de emprender su camino dejó sobre la mesa una cajita de color azul , era un anillo de compromiso de oro blanco.

Me quedé sollozando con "Momentos" de Noel Schajris de fondo y decidí eliminar a Reinaldo de mi vida.Me mudaría al día siguiente a la casa de Laura , mi amiga de infancia que hacía mis tardes más llevaderas. Ese día había decidido estar un tiempo sola , darme un tiempo sin culpas y presiones. El camino se veía un poco escabroso y accidentado pero estaba dispuesta a surcarlo , al fin y al cabo , era el mundo real.


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