ME QUEJO POR SER S
A las mujeres nos encanta la ropa y en búsqueda de la prenda soñada somos
capaces de invertir varias horas del día para encontrar aquella que nos
haga saltar de felicidad.
Muchas veces encontramos aquello
que buscamos y automáticamente nos transportamos a una la pasarela, atrayendo flashes e inspirando
sonrisas hasta que todo se desploma
luego que el encargado de la
tienda gesticula “es nuestra única talla
, no tenemos la que usted busca” .
Y allí aparece el problema
principal , aceptar que no somos la talla que pensábamos sino una más o una menos. A algunas nos da
vértigo imaginar como la S , M y L nos hablan cachosamente jugando con nuestros
más remotos placeres de vanidad pero otras respiramos y vamos en busca de una
prenda que codicie nuestra amada humanidad.
Casi el mismo problema que las
letras me hablen cachosamente aparece cuando voy al Banco de Crédito del Perú
(BCP) a hacer algunas transacciones, pero en esas ocasiones no son las
antipáticas S , M o L las que aparecen
sino las novísimas S , C y B , letras con las que se clasifica al usuario
simple , al cliente y al cliente Premium
respectivamente.
No soy cliente del BCP pero si un
usuario de sus servicios que levanta su voz de protesta por la falta de tino y
consideración , hacia nosotros los S , los casi NN bancarios del BCP. Y
sostengo esto porque en el reciento al que acudo, el único BCP de la ciudad ,
atienden 8 ventanillas de las cuales solo 1 está destinada a nosotros , los S.
Durante estas semanas he hecho
varias veces mi cola y en todas esas
ocasiones tuve que esperar alrededor de una hora para que la luz de la atención
llegara a mí. Un verdadera burla.
Muchos me sugirieron hacerme cliente del BCP solo
para ahorrarme tiempo o simplemente realizar
mis transacciones vía web o agente pero hoy hablo por los que de alguna u otra
manera las circunstancias nos obligan a realizar nuestros movimientos
financieros de forma presencial ,
señores del BCP , al menos no hagan nuestra experiencia tan traumática y
molesta, los usuarios S también merecemos ser tratados de la mejor manera.
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