domingo, 23 de octubre de 2011

El regreso de Travis II

Cuando escuché las palabras de Travis,  sentí como todo caía, así como las torres amarillas  de lego que armaba a los seis años. No puede evitar sonrojarme y decir: sigamos caminando.

La noche era fría y a  lo lejos aún se escuchaban los gritos de un par borrachos,  que en el malecón,  se quejaban porque los habían botado del Bar “El Mojito”. Aproveché la coyuntura y empecé a hablar sin parar de los estragos del alcohol, de la adulteración de pisco en Estados Unidos  y del pesado de mi vecino que armaba juergas todos los jueves y no me invitaba.

Travis sonreía y en lo que restaba del camino solo me interrumpió para recordarme que si Reinaldo, mi vecino, no me invitaba a su departamento era por aquella vez en la que me reí a carcajadas de su caída por las escaleras.  En ese momento ambos empezamos a reir  y por fin me relajé  otra vez.
Intenté en vano seguir con el tema del alcohol así que volví a quedarme callada. Travis sacó de su bolsillo izquierdo del pantalón el malboro que le encanta, lo encendió y siguió pensativo con la mirada clavada en la vereda.. Llegamos a la L-14 y dijo: ¿Por fin dejarás de evitar nuestro tema?

Traté de negarlo todo, estaba atrapada tenía que decir la verdad, respiré y le dije con tono solemne: Sí Travis, fue una excusa para verte , pero ahora ya lo entendí todo. A lo que él respondió: ¿y qué entendiste?  Yo solo atiné a hacer para arriba mis hombros y sentarme en el muro de la entrada. De verdad no entendía nada.

Travis me dio un chocolate para que me calmara y dejara de lado mi cara de confusión, se acercó a mi oreja y me volvió a susurrar ¿Qué no entendiste que también te extrañé? Déjame llevarte a Paris algún día para que luego puedas enmarcar nuestra foto junto a la torre. 
Posted by Papilas En Drama
on 22:01

El regreso de Travis I

Travis es un tipo sin igual , tiene ojos pequeños y la piel de color de una galleta de vainilla. Tiene la cabeza llena de dreads y la voz de un tipo serio. Yo le digo que es una combinación rara porque sus lentes de intelectual no combinan con ese peinado de adolescente inmaduro que le encanta.

Ayer no me contuve y lo llamé  a su apartamento , como de costumbre dejó sonar el teléfono tres veces  y me contestó con un saludo bastante entusiasta,  diciendo: ¡Ale , qué sorpresa!

Hace semanas que me moría por llamarlo y decirle que todas las tardes extrañaba que me contara las discusiones políticas que tenía con el congresista pelele que era su jefe y que además recordaba con cierta culpa esa combinación de su perfume con malboro que inundaba mi nariz cada vez que lo saludaba.              Pero hoy dejé la culpa de lado y marqué los únicos nueve dígitos que se me de memoria.

Hola Travis le respondí , con cierto nerviosismo en mi voz , hace mucho no se de tí y me preguntaba si aún emitías CO2 a la tierra. Él ,  como de costumbre sonrió a mi chiste improvisado y me dijo que aún vivía, hubo un silencio incómodo y fui al grano , le dije que necesitaba reunirme con él para que me asesorara sobre un proyecto que presentaría en mi trabajo y necesitaba el punto de vista de un abogado acucioso.

Me dijo que iría a recogerme por la noche e iríamos al bar de la esquina , ese al que habíamos ido por última vez y en el que habíamos terminado con un par de tequilas encima, hace más de un mes.
Para ser sincera , yo no necesitaba asesoría ni de él ni del abogado de Antauro Humala , mi jefe ya había aprobado el proyecto hace dos días , esta vez quería probarme y saber qué pasaba ahora con Travis  luego de un mes sin mensajes ni llamadas.

Nos sentamos en sofá de cuero rojo que tiene dos  marcas de cigarro en el centro  y empezamos a conversar sobre mi proyecto para el ministerio. El pidió dos daiquiris y empezamos la parte incómoda de preguntar cómo nos había ido en este tiempo. Los dos fuimos lo suficientemente formales como para desviar el tema pero lo que no pude hacer fue  perderme en sus ojos negros  y quedarme paralizada cuando levantaba la ceja como  un bibliotecario intelectual.

Terminamos la charla y me fue a dejar a mi apartamento , vi su mano y sentí nostalgia de que no estuviera con la mía pero cerré los ojos y seguimos caminando las dos cuadras que nos restaban hasta la L-14, la dirección de mi departamento.

En el camino , me dijo , con un poco de dificultad que la vida le había enseñado muchas cosas  y que si ella nos volvía a juntar  él no opondría resistencia. Yo esbocé una sonrisa cómplice , de esas que salen al natural cada vez que haces una travesura y le dije , si la vida nos vuelva a juntar que más da. Travis me abrazó y me dijo en voz baja , casi a modo de secreto : hace unos días yo aprobé tu proyecto en el ministerio , pero estoy feliz de que este tipo de excusas existan , te extrañé…. 


Posted by Papilas En Drama
on 21:03